13 dic 2014

Entrevista con Rodolfo Báez (el gato)

“SOY ESCRITOR CADA DÍA, PERO LECTOR CADA SEGUNDO”
Saiury Calcaño
http://www.listindiario.com/ventana/2014/11/8/344573/Soy-escritor-cada-dia-pero-lector-cada-segundo

Integrante del Taller de Narradores de Santo Domingo, Rodolfo Báez ha hecho camino y se le reconoce como una de las nuevas promesas de las letras nacionales.


Valor. Rodolfo Báez se ha abierto paso en el mundo de las letras por su constancia, su creatividad y su talento.
Dejó siendo menor de edad Rancho Arriba en Ocoa, tras un sueño. Al llegar a Santo Domingo, encontró un medio de escape a toda la mediocridad e hipocresía acompañado con la soledad que se vive al ser un desconocido en la capital: la literatura.
Sin embargo, su amor por las letras no es un amor capitaleño, viene desde su infancia. “Desde el campo escribía. Fue mi primera novia”, expresa Rodolfo Báez, periodista y escritor.
Aunque a su corta edad ha escrito una docena de libros, se considera más un lector que un escritor.
“Soy escritor cada día, pero lector cada segundo. Podría darse el caso de que un día no escriba nada, pero desde hace más de 15 años no he pasado ni un solo día sin leer. Borges dijo “Que otros se jacten de lo que han escrito, a mí me enorgullece lo que he leído”.

Al cuestionarlo sobre sus autores favoritos confiesa que se le es difícil escoger entre tantos. “Creo que es como a un padre preguntarle por su hijo favorito. Me gustan tanto dependiendo del género, por ejemplo en cuentos, Poe, Cortázar, Rulfo, Ambrose Bierce, Rubén Darío, Chejov..., novelas, Víctor Hugo, Ernesto Sábato, Arturo Pérez-reverte, Dan Brown, de nuevo Rulfo, ... Poesía, Darío, otra vez, Neruda, Quevedo...”

14 jun 2014

Sospecha colectiva

por Ibeth Guzmán
Artículo publicado el 14 de
junio de 2014, en la sección Ventana del periódico Listin Diario en la columna
de Ibeth Guzmán: “Vivencias ¿qué leer?”.

Aunque el hecho literario
se asume como un acto de extrema individualidad, compartir lo que se escribe y
recibir oportunas sugerencias, es una oportunidad bastante sana para mejorar lo
escrito. Es por ello que los talleres literarios cumplen con un rol importante
dentro de la formación de un escritor, ya sea de carrera, como lúdico. Sospecha
Colectiva, la nueva publicación del Taller de Narradores de Santo Domingo, es
un ejemplo tangible de que el ejercicio literario es posible también a
través  de disciplina de grupo. Ya varios investigadores en el campo de la
psicopedagogía, han hablado del aprendizaje cooperativo Vygotsky fue uno de los
pioneros de esta teoría que aún hoy, sigue aportando beneficios a la
comunidad  no solo educativa, sino también a la de la creación literaria.

El manejo de la técnica
narrativa fue uno de los elementos a considerar a la hora de seleccionar los
textos que iban a ser incluidos en la selección. Según Lapesa las técnicas
narrativas pueden ser: circular, lineal, retrospectiva... Entonces los cuentos
de los integrantes del taller que evidenciaran el manejo de estas técnicas
narrativas, pues fueron los seleccionados para ser publicados. El comité
editorial estuvo compuesto por: Eulogio Javier, Vicente Arturo Pichardo,
Ricardo Cabrera, Héctor Santana y Víctor de Frías.

Los cuentos que contiene
esta sospecha colectiva son: “Necesito fumar” de Elayne Abreu, “El silencio de
Sixto” de Gladys Almonte, “El turno” de Valentín Amaro, “La invasión de los
elefantes” de Rodolfo Báez, “Stevenson no desdobló su ego” de José Alberto
Beltrán, “¿No ves llorar a los peces?” de Miguel Ángel Beltré, “Significa
sombras” de Fernando Berroa, “Ítaca en llamas” de Ricardo Cabrera, “Un affaire
virtual” de Carlos Díaz, “Sandy cebolla” de Inés García, “Cicuta con sabor a
café” de Niurka Herrera, “La segunda redención” de Eulogio Javier, “Breve
estudio de un motorista paranoico” de Isidro Jiménez Guillén, “Pasajero
nervioso” de Nicolás Jiménez Quezada, “Solo ejecuta” de Lusmerlin Lantigua,
“Los simuladores” de Lady Laura Liriano, “La botija” de Ramón matos, “La
moneda” de Aracelis Mireles, “Esquizofrenia” de Adalberto Morillo Pichardo, “La
mente, el verdadero campo de batalla” de Iván Payano Tejeda, “Papito y Telín”
de Salvador Pérez Adón, “Declaraciones” de Vicente Arturo Pichardo, “Amarilla”
de Raisa Pimentel, “¿Puedes mirar debajo de la cama?” de Yuni Ramírez,
“Desdoblamiento”, de Jesús Alcedo Sánchez, “Asignatura pendiente” de Moisés
Santana Castro, “Ungry Young girls” de Héctor Santana, “La libertad” de Francis
Santos, “Gritos ahogados” de Deisy Toussaint.

 Este libro sale a la
luz pública, bajo los auspicios de la Editora Nacional del Ministerio de
Cultura, a través de la Dirección General de Talleres Literarios, beneficia a
los lectores jóvenes, pues están representados en esos escritores también
jóvenes que tienen una sensibilidad desarrollada en el contexto de los nuevos
tiempos. Además que dejará, a futuros miembros de talleres literarios, un
legado de esfuerzo y trabajo de grupo.